martes, 21 de julio de 2009

Algo así como un cuento

La hermana de Lucía tiene veinticinco años, apenas un poquito más que la mía. No es tan raro. Una vez, Macarena me llevó a comprarme una campera, porque un señor en la tele había dicho que se había acabado el verano. Qué triste, pensé. Pero por suerte al año siguiente volvió. La mujer del negocio pensó que Maca era mi mamá. ¡Qué gracioso! Ella estaba distraída porque no se rio.
Hoy en el recreo nos pusimos a hablar de las hermanas porque parece que la de Lucía no va a vivir más con ellos. Tiene un novio, pero no como yo con Juan, un novio de grandes, y se va a mudar con él. También dijeron algo de que en nueve meses Lucía va a ser tía. ¡Qué ridícula! -Lu, las tías son personas grandes, como las mamás-, le expliqué.
Yo no sé por qué Macarena no tiene un novio de grandes. Una vez vi una foto en la que aparece abrazada con un chico. Él era rubio y parecía un poco más grande que ella, que debía tener menos de quince años. Se agarraban de las manos y ella lo miraba. Le pregunté a mamá quien era pero no me respondió, me sacó la foto de las manos y la volvió a guardar en la caja. A Maca no le quise preguntar, porque ella a veces es rara conmigo. Yo siempre envidié un poco la relación que tiene con Nacho. Capaz que es porque él es más chico. Me acuerdo cuando nació y a mi me regalaron una muñeca que, según me dijeron, me la traía mi nuevo hermanito.
Algunos bebés nacen del cuerpo de la mamá directamente y a otros los tiene que sacar el doctor. Mi maestra explicó eso cuando estaba en tercer grado. A Nacho no lo tuvo que sacar el doctor, nació de una. Lucía contó que a ella la sacó el doctor porque su mamá había tenido a Marcos dos años antes, entonces era peligroso que saliera directo. Yo no sé como nací.
El día que ví la foto, mientras tomaba la leche me acordaba de eso. A veces tengo que pensar un rato para acordarme las cosas que aprendí otros años en el colegio. No se que sentido tiene que la escuela dure tantos años si después me voy a olvidar. -¡Yo no soy dos personas!-, el grito de Macarena interrumpió eso que estaba pensando. Otra vez lo mismo, la eterna discusión. Así escuché una vez que la llamaban: “la eterna discusión”. Pero no sé, yo no sé porque discuten siempre Maca y mamá. Creo que por deporte. -Tu pasado ya no es tuyo. No quiero ver más esa caja. ¡Hoy la nena casi se da cuenta!-, yo ya tengo nueve años, casi que no soy más una nena.
Como ya estoy más grande, mi mamá me contó hace poco algunas cosas que toda mujer tiene que saber. Parece que hay como dos grandes mundos, uno puertas adentro y otro puertas afuera, eso me explicó. De lo que pasa en el de adentro no se tienen que enterar los demás. Yo no tengo que contarle a nadie, ni a Lucía, de las discusiones en casa. Mi mamá piensa que lo que creen los demás de uno nos define como personas. En “la eterna discusión” de un día escuché que decía eso. Eras muy chica, vos me obligaste, qué iban a pensar, tirá esa caja, te juro que un día de estos le cuento: la eterna discusión.
¿Podré contarle a Lucía de la caja rosa? No sé si es algo del mundo de afuera o de dentro, yo solo vi la foto de Maca con el chico pero me parece que hay otro mundo diferente ahí. Es algo así como el sistema solar, lo aprendí a principio de año. Hay muchos planetas que giran alrededor del sol. Pero también hay otros soles y otras galaxias. Entonces, en otros lugares las cosas pueden ser diferentes. Yo creo que algo así pasa en la caja rosa.
Ayer la discusión fue más lejos y yo me quedé triste. Es raro, ¿no? Estar triste y no saber por qué. Yo me hice muy chiquita, sentada en el piso, con los piernas dobladas y agarradas fuerte entre los brazos. Pensaba que si las apretaba más y más me iban a doler. Así capaz que me distraía y no escuchaba más los gritos. Quería ver mis piernas rojas para que mamá se diera cuenta de que estaba ahí y dejara de señalar a Maca con ese dedo viejo, arrugado. Quería ser toda roja, entera. Y Maca seguía llorando y gritando. -¡Es mía, me sacaste lo más íntimo, lo mas mío!- Yo seguía apretando, más fuerte, más. ¡Soy naranja!, ¿no me ven? Y Maca, más calmada, miraba la puerta de la casa pero sin mirar, era como si hubiera un papel en sus ojos. -Ya no sé quien sos, no sé quien soy, no sé quien es mi...- ¡Ya soy roja! ¡Miren! ¡Soy roja!


La nena dejó el lapiz y el cuaderno sobre la mesa. Como si en las últimas palabras que escribió hubiera entendido algo que antes no, caminó despacio, invisible, hasta el cuarto de Macarena. Con cada paso se hundía sobre la alfombra, pero no reparó en eso, prefirió mirar hacia arriba, hacia la estantería. Agarró tres libros y los puso sobre la cama, no era la primera vez que lo hacía. Con el cuidado suficiente para no caerse, armada de una paciencia impropia para alguien de nueve años se paró sobre ellos y estiró la mano hacia la parte superior de los estantes. Alargando los dedos alcanzó con las yemas los bordes de la caja. El rosa estaba gastado por una década de existencia. La apoyó sobre la cama, despacio, y sus ojos no reconocían otra cosa, otro mundo, que su interior. Más fotos del chico rubio que sonreía y abajo, en una esquina y pegada sobre el fondo de cartón, la imagen de Macarena de perfil y sus dos manos posadas sobre su vientre. Su vientre grande, redondo, sobresaliente de la esbelta figura que siempre supo conservar. No siempre. Debía tener menos de quince años.

viernes, 17 de julio de 2009

Amor 77 - Destino de las explicaciones

"Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son." Julio Cortázar

"En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones.
Una sola cosa inquieta en este justo panorama: lo que pueda ocurrir el día que alguien consiga explicar también el basural." Julio Cortázar
"No hay que tocar a los ídolos; algo de su dorado se nos queda en las manos." Gustave Flaubert, en Madame Bovary

Adios - JLB

"Decirse adiós es negar la separación, es decir: Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana. Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros." Jorge Luis Borges

miércoles, 15 de julio de 2009

Reminiscencias de "ese" diciembre

Allá los porteños eran todos iguales y yo era porteña. No, más que eso: “la porteña”. Se ve que la partida de nacimiento que decía “Capital Federal” y los viajes frecuentes a la ciudad pesaban más que haber vivido siete de mis doce años en el Interior, más de la mitad.
Era otro país: Buenos Aires. Yo sabía que lo que mostraban los noticieros era sólo una parte, que no alcanzaba a ser una guerra. Por eso me pareció rídicula la conversación. No, no era una locura ir a pasar navidad y año nuevo a Buenos Aires por más saqueo, cacelora y presidente en helicóptero. ¿Buenos Aires? Incivilizados porteños, salvajes saqueadores de supermercados, terrorismo y vandalismo: la barbarie. No fueron esas sus palabras, por su supuesto, pero estaban contenidas en la pregunta, si estaba loca en viajar a Capital justo en esos días. Claro, capaz que fue la misma compañerita a la que unos meses antes, un día de septiembre, su mamá no la dejó salir de la casa por miedo a que dos aviones chocaran contra... ¿la torre de agua?, ¿el hotel “El Faro”, que era el único edificio de Trenque Lauquen?

¿Pero qué pasaba? Convertibilidad era uno a uno. Eso me habían explicado. ¿Devaluar? ¿Por qué el peso tenía que valer algo en dólares? ¿Y cómo que la plata tenía un equivalente en oro que estaba guardado? ¿Y por qué? ¿No podíamos imprimir pesos por nuestra cuenta y que no tuviera nada que ver con Estados Unidos? ¿Por qué no, Pa? Y si el sabía todo, pero todo, y me explicaba, y yo no me podía imaginar que algún día iba a discutir de política con él, ¿por qué lo había votado a ese que ahora se iba, que todos decían que estaba dormido?

Sí, seguro que De la Rúa había hecho las cosas mal. Pero yo sabía, porque en casa lo odiaban, que tenía más que ver el otro, el anterior. Él había empezado a gobernar el mismo año que nací yo. Decían que se llevaba al peluquero en el avión presidencial, que era un ladrón. Y cuando pasaba todo esto, y hasta hubo muertos y varios presidentes en una semana, yo me acordaba de unos años atrás cuando todavía vivía en Capital, en Villa del Parque, y una noche apagamos todas las luces del departamento y nos quedamos mirando por el balcón todo el barrio a oscuras. Era un apagón en protesta contra Menem. Un presagio, tal vez, de lo que todo iba a reventar en el 2001. Porque el uno a uno era una burbuja, eso me habían explicado.

Pero ahora ya no había balcones sino veredas donde jugar sin miedo. Y ese diciembre no fue tan distinto de otros en Trenque Lauquen. O capaz que sí, y yo no me enteré si cerraron muchos negocios o si mucha gente se quedó sin trabajo. Pero Buenos Aires era otro país. Y Trenque Lauquen era, y sigue siendo, la tradición, más allá de ese Fiat 600 que vi por esos días andando por la Villegas, como un eco de lo que pasaba en la Capital, todo pintando de colores y con una inscripción: “Que se vayan todos”.

martes, 14 de julio de 2009

Literalmente

“Te voy a comer a besos”. Ese fue el presagio de lo que iba a ocurrir esa noche entre los amantes. La madrugada siguiente solo quedaban en la habitación algunos huesos y vísceras, aquellos órganos que los dientes no habían podido despedazar. Ahora, los dos eran un cuerpo. Antropofagia.

martes, 7 de julio de 2009

Entrevista a Juan Travnik: "Yo no podría explicar la existencia de Dios a través de una fotografía"



Una fotografía abarca, para Juan Travnik, dos pasiones: arte y análisis social. Desde 1970, cuando realizó su primera exposición, su obra ha girado en torno a fenómenos inherentes a la conformación política de la sociedad Argentina, sin dejar nunca de lado el contenido artístico. Su más reciente exposición, “Malvinas”, es un claro ejemplo de esto. El objetivo de Travnik, que desde 1998 dirige la FotoGalería del Teatro San Martín, fue instaurar a través de ella un debate en torno a la Guerra de Malvinas. Para esto, apeló a mover la sensibilidad del espectador, cualidad a la que le confiere una gran importancia, para que se generaran en él preguntas.
Una conversación distendida en su departamento en Buenos Aires, donde también ejerce la docencia, deja entrever la incidencia que tiene para Juan Travnik la fotografía en lo social y viceversa.


Susan Sontag plantea que la imagen se ha impuesto como la manera de conocer moderna, ¿coincide con esta visión?
Opino que la fotografía es una forma de conocimiento engañosa porque, como todo lenguaje, debería ser posible de decodificar de una manera inequívoca. Las imagenes fotográficas muchas veces son ambiguas, cambian su sentido según el texto que se adjunte. No se puede conocer todo a través de una fotografía. Se puede ver un acontecimiento muy fotogafiado como una guerra, y te podés dar cuenta de quién pudo haberla ganado, te podés dar cuenta de quienes contra quienes se peleaban, pero nunca de porqué se peleaban. Osea que hay cosas que la fotografía no puede explicar. Es una forma de expresión muy interesante para transmitir cosas que oralmente o de manera escrita no se pueden transmitir, pero tiene limitaciones. Yo no podría explicar la existencia de Dios a través de la fotografía. Creo que al conocimiento se accede por medio de la fotografía pero nunca presindiendo del uso de la palabra.


Entonces, la relación entre imagen y palabra sería esta, ¿se tienen que complementar para llegar al conocimiento?
Es decir, la fotografía tiene una relación muy directa con la realidad. Podemos afirmar que no hay posibilidad alguna de que exista la fotografía si no hay una realidad a la que fotografiar. Yo no puedo fotografiar un sueño, tengo que crear ese sueño en la realidad y fotografiarlo. Entonces, la fotografía aparece como una suerte de reemplazo de esa realidad. Habitualmente la gente le da a la imagen un valor de creediblidad muy grande, el común de nosotros piensa que lo que ve en una fotografía ha existido la manera que se ve en la fotografía. Y esto último es un error. Porque la fotografía da cuenta de que ha existido, pero no necesariamente de esa forma.


Respecto a la ambigüedad de la fotografía, de que que muestra solo partes y no totalidades, es decir fragmentos pero inconexos entre sí ¿Que papel juegan el conocimiento y cultura general en la sociedad a la hora de darle continuidad a lo que reflejan las imágenes?
La formación y la sensibilidad son dos elementos que necesariamente posibilitan una mejor lectura tanto en el campo de las artes como en el campo de la comunicación masiva. Es un tema complicado porque a veces se puede pensar que uno pone el saber sobre otras necesidades básicas y en la Argentina es una obscenidad que haya un chico que se muere de hambre. Evidentemente es más importante que el chico coma que el chico sepa. Es muy probable que si el chico come y después sabe, sus hijos no tengan que pasar hambre. Porque el mayor aliado de la dominación de las clases menos económicamente menos pudientes, el mayor factor para que puedan ser dominadas es la falta de educación. En ese sentido hay muchos intereses que van a trabajar para que la educación siempre esté debajo de un nivel determinado.


¿Qué consecuencias trae la propagación o el arraigo que tiene la imagen en el mundo actual, el desarrollo de la tecnología y la posibilidad de registrar todo en todo momento?
En los últimos años ha habido un hecho muy importante relacionado a la posibilidad de registro que da la tecnología. Fue el tema de las fotografías de Abu Ghraib en la cárcel de Sadam Husein (donde se muestran soldados iraquíes torturados). Susan Sontag habla, en un ensayo sobre el hecho, de qué le pasa a una sociedad cuando el verdugo se saca una foto a sí mismo. Aún en las más crueles de las dictaduras, la cara del verdugo trata de no verse y no hace de gala de lo que estaba haciendo ante su familia o amigos. En Abu Ghraib una chica que era camarera seis meses antes termina siendo quien humilla, tortura y denigra a estos iraquíes y se saca una foto con ellos como si fueran animalitos con el objetivo claro de mandarlo a su pueblo para que su familia y sus amigos lo vean. Entonces, esto es como un quiebre muy importante, como una alerta, es decir, ¿qué es lo que pasa en una sociedad que engendra una persona que lleva una vida normal pero que seis meses después comete esas barbaridades y con orgullo se saca una fotografía y se la manda a la gente que la rodea?


Estas fotografías que muestran violencia, ¿nos acostumbran a ver cosas a las que antes no estábamos acostumbrados, las hace naturales y hace que se generen más? ¿O se hicieron tan normales estas situaciones que las imágenes no pueden más que reflejarlas?
Yo creo que por lo general los hechos de violencia no tienen que ver con esto. La inequidad, una doble moral para hablar en contra de el uso de las drogas y, a la vez, permitir que el paco destruya la cabeza de un montón de pibes son los verdaderos motivos de esta violencia irracional. La mayor razón es la falta de justicia social. Me parece terrible el abuso del poder sobre el otro. El problema no es la pobreza, es la falta de equidad. Cuando alguien gana dos mil veces más que otro, no se puede pretender que no haya en algún momento algún acto de violencia. Y aparte este que gana tanto más se lo refriega al otro en la cara a través de la televisión, desde los medios se impulsa esto.
Por Lucila Pinto

Impacto sonoro en Buenos Aires: conciencia, respeto y ley

En la actualidad, la provincia de Buenos Aires sufre los trastornos ocasionados por la elevada contaminación acústica que se viene desarrollando, como consecuencia de las acciones del hombre.

El ruido constituye uno de los males que ya forman parte de la vida cotidiana de las personas, y del paisaje céntrico de Buenos Aires. Así, las sociedades modernas conviven con el ruido, pero desconocen sus efectos irreversibles. La contaminación sonora crece junto al desarrollo urbano y afecta, cada vez más, la calidad de vida de la gente y deteriora, sin límites, al medio ambiente. Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) Buenos Aires es la ciudad más ruidosa de América Latina, y cuarta en el mundo, después de Tokio, París y Nueva York. Hay varias fuentes sonoras que deterioran, entre ellas, la construcción de edificios: en los últimos cinco años se registró un boom inmobiliario, sin medir cuánto pudo haber contaminado acústicamente. La arquitecta María Isabel Tortora, directora de Ordenamiento Ambiental de San Fernando, detalló, a lo largo del reportaje, las causas, medidas, proyectos, y consecuencias que circulan entorno al agravante que cobró mayor peso en los últimos años: la contaminación acústica.


- ¿Por qué cree que, a la hora de realizar una edificación, la empresa constructora no recapacita de que le está haciendo un mal enorme a la sociedad y al ambiente?
- A mi entender, la construcción, antes del problema que se desató entre el Gobierno y el sector rural, era uno de los motores de la economía, y un gran generador de empleo. Es por eso que a la hora de llevar a cabo un proyecto, los realizadores piensan en el dinero. No obstante, sí estoy convencida de que la multiplicación indiscriminada de torres en los barrios de la provincia de Buenos Aires, en los que predominan las casas bajas, pone la red de servicios al borde del colapso, aumenta la contaminación visual y sonora, aumenta el caos vehicular y altera, drásticamente, la fisonomía tradicional de los barrios.
- ¿Qué medidas, en este caso, desde el municipio de San Fernando se toman? ¿Existen reglamentaciones? Y, si las hay, ¿se cumplen?
- Por supuesto que existen normas y leyes que protegen la preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora. En el caso de San Fernando, se aplica el que tiene mayor fuerza y alcance: el Código de Prevención de la Contaminación Ambiental, donde se establecen normas referidas a ruidos y vibraciones provenientes de Fuentes Fijas, de Fuentes Fijas Transitorias, y en relación a los niveles de ruidos provenientes de Fuentes Móviles.
- Recién dijo que en el Municipio, donde dirige, se aplica el Código de mayor fuerza y alcance. ¿Por qué lo denominó así? ¿Hay trabas?
- No es que hayan trabas, pero lamentablemente el es único que ampara a una persona en caso de que se encuentre en una situación en la que es víctima de ruidos externos, provocados, en este caso, por construcciones, y me gustaría atreverme a decir “construcciones de cualquier índole”, porque las construcciones de fábricas, donde los ruidos llegan para quedarse, son las que más perjudican. Y, respecto a las trabas, en muy pocos casos se respetan los ordenamientos, como dije antes, es una cuestión económica, al constructor le interesa el dinero.
- Entonces, ¿dónde estaría el control sonoro?
- La mayoría de las obras se amparan en que realizan sus operaciones en horarios de trabajo. Pero de ahí a que haya un control del ruido que ocasionan, no.
- Es decir que desde la Municipalidad no se exige que se hagan “mapas acústicos o de ruido”.
- No. Ni siquiera se hizo a nivel general, es decir, para San Fernando.
- El tema de la contaminación ambiental sonora es muy complejo, ya que perjudica la vida de las personas y del medio en que vivimos. ¿Cuáles son las soluciones posibles?
- Solucionar el problema de la contaminación sonora urbana requiere del diseño y de la aplicación de políticas oficiales que se basen en evidencias científicas. El año pasado se aprobó, por la Cámara de Diputados, una propuesta nacional de la Ley Nacional de Ruido, que contempla la problemática del ruido en forma integral. Desde ese momento no tuvimos más noticias de lo que ocurrió con el proyecto.
- ¿El Poder Ejecutivo debería hacerse cargo de la situación?
- Es una obligación, como también lo es para cada municipio. Si actuáramos juntos, los resultados se verían a corto plazo. El ojo está puesto en la contaminación producida por los transportes, tanto individuales como colectivos. Ahí habría que atacar en primera instancia. Por ejemplo, los edificios, de gran altura, ubicados en avenidas o calles muy transitadas, reciben un mayor impacto sonoro. Los departamentos ubicados en la zona superior de la torre están menos protegidos porque el ruido no rebota, entonces sus habitantes están más desprotegidos. En cambio, la gente que vive en los primeros pisos tiene el amparo de las casas y de los árboles. Reitero, se debe instrumentar un plan de remediación acústica.
- Técnicamente, ¿cómo se puede combatir el exceso de sonido, tanto industrial como comunitario?
- Resulta obvio que sería produciendo menos ruido. No obstante, es evidente que llegar a ese punto es muy costoso, pero existen técnicas como la instalación de pantallas o sistemas de protección entre el foco de ruido de automóviles y otros transportes, y los oyentes. Otra opción, que es para la protección de una familia, por ejemplo, sería recubrir con materiales aislantes las paredes de casas o edificios, las maquinas generadoras de ruido, entre otras cosas.
- Es evidente que son las conductas inadecuadas de las personas las que producen la contaminación ambiental y, por ende, la sonora. Un caso muy fuerte que se vive es la presencia de los celulares. A nivel colectivo, ¿cómo se cura este mal?
- Además de las leyes que se deberían desarrollar, hay otro gran problema: el respeto. Por eso, también considero adecuado y necesario que para aminorar la contaminación sonora -consecuencia de fuentes que emiten ruidos como transportes, industrias, construcciones, locales públicos, y la tecnología- se deberían promover programas educativos, cuyos objetivos sean concienciar a la población para que se involucre en la problemática ambiental y en el respeto por sus vecinos.

Por Agustina Heb

Primo Levi: “El hecho de escribir era peligroso, sólo contaba con mi memoria”

El escritor italiano Primo Levi fue sobreviviente del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, como deportado en el campo de concentración de Auschwitz, Alemania, el cual lo marcó como hombre y como pensador. Testigo de tanto absurdo, sintió el deber de contar, describir lo innombrable, a través de sus reflexiones, y lo dejó sellado en sus libros: la memoria artificial.
Primo Levi nació en Turín en 1919, en el seno de una familia judía. Antes de lucirse como escritor, en 1942, se gradúo como Ingeniero Químico. Ese mismo año ingresó en una organización que luchaba contra el fascismo (que había instalado en Italia Mussolini), la Resistencia. En 1943 fue arrestado y deportado por la milicia fascista al campo de concentración de Auschwitz, luego transferido a uno de los campos secundarios, en Monowitz, donde permaneció hasta la liberación del campo por parte de los rusos, en enero de 1945.
Para Primo Levi haber estado implicado personalmente como victima y testigo del régimen nazi, de Adolf Hitler, fue una suerte de universidad, ya que lo motivó a la maduración, lo que formó en el una manera más segura, más concreta y más valiente de abordar la realidad, y, en consecuencia, le significó una vida, luego de su liberación, de reflexión: su experiencia en el Lager (término alemán que designa a los campos de concentración) quedó en su memoria, ya que el hecho mismo de escribir en los campos de concentración se consideraba sospechoso. Es así como, después de 29 años del Holocausto, se dedicó a trabajar la memoria a través de la escritura.
En sus libros, Si esto es un hombre (1947) y La tregua (1963), Levi intentó transcribir lo más penoso, lo más pesado y a la vez lo más importante de lo que vivió en Auschwitz. El objeto de éstos, sobre todo en Si esto es…, fue prevalecer el tema de la indignación, en busca de la acusación para conservar el testimonio. En el libro Deber de Memoria, en el cual fue entrevistado, sostuvo: “Si esto es un hombre recién se conoció a los diez años de haber sido escrito. Hubo comprensión hacia mí, solidaridad”.
El escritor contó, luego de años de análisis, en sus libros y entrevistas cuáles fueron los posibles motivos de su salvación. Para los judíos italianos un hecho relevante fue el aislamiento lingüístico (sólo el uno por ciento de los detenidos del Lager eran de nacionalidad italiana). Para él, eso fue una marca de fuego, una tortura, y superarlo constituyó uno de los factores de supervivencia, como también la existencia de un código de comportamiento, que el escritor denominó “saber vivir”: formó la armadura externa y visible de la vida moral de los detenidos, causa que los motivó a moverse en conjunto. Por otro lado, sobrevivió en parte por su condición de químico, ya que trabajó para la industria alemana que estaba en diarquía con las SS. Otro motivo fue que estuvo un año casi sin enfermarse y en Deber de Memoria afirmó que empeoró su salud “cuando hacía falta, cuando eso era una suerte”, porque contra todas las previsiones los alemanes liberaron a los enfermos a su propio destino.

Por Agustina Heb

Ficción y realidad

La ficción y la realidad no pueden deslindarse. Hacerlo equivaldría a caer en el error, común, de considerar a la primera como ese paréntesis de la experiencia sensorial del hombre donde se plantean mundos posibles. Posibles, no corpóreos. Posibles pero imposibles, al menos en esta vida. Pero no existe otra, esa es la cuestión. Escribir es descubrir que la realidad es, en verdad, fantasía. Es extrañarse. Es seguir la cátedra del Alfred Jarry. Aprender a ver lo extraño, lo ficcional, lo fantástico de eso que se tiene incorporado como la única verdad. Porque la única verdad es la realidad. No. La verdad es hija de la historia y escribir es comprender que esta pudo haber sido otra.
Julio Cortázar lo llama “el sentimiento de lo fantástico”. “Son irrupciones, esas llamadas coincidencias en que de golpe nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad tienen la impresión de que las leyes, a que obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se están cumpliendo de una manera parcial, o están dando su lugar a la excepción1”, explica. El gran escritor del cuento fantástico es el primero en afirmar la naturaleza de realidad presente en la ficción, en instaurar la idea de que la literatura no sale de otro lugar que de la vida diaria, que en lo cotidiano encuentra lo extraordinario, de un individuo concreto, real. Lo ficcional no es otra cosa que realidad.
En el mismo sentido, ¿quién se animaría a torcer el camino de Cortázar?, Juan José Saer expone que el carácter ficcional de la literatura es el medio para abarcar lo complejo de la realidad. La visión llana que tiene el mundo tal cual se presenta al ojo no entrenado no alcanza a las capas más profundas que, sin embargo, siempre se manifiestan en las penurias y felicidades humanas. En palabras del escritor: “No se escriben ficciones para eludir, por inmadurez o irresponsabilidad, los rigores que exige el tratamiento de la 'verdad', sino justamente para poner en evidencia el carácter complejo de la situación2”.
La forma de alcanzar esas irrupciones, esos paréntesis -en términos del autor de Rayuela-, es, según los expertos, aprender a mirar. De acuerdo a Gloria Pampillo: “Cuando se trata de escribir, se empieza a hacer más caso a detalles insólitos que llaman la mirada. En el proceso creativo tienen mucho valor esas asociaciones incongruentes que en la vida diaria se desechan. (...) Mirar. Esa es una de las claves3”. Fiel a la aspiración estética de todo escritor, Pampillo resume esa esencia de la ficción en una frase bella además de contundente: “Escribir es descubrir”.
Flannery O'Connor, por su parte, evidencia, quizás sin quererlo, estar de acuerdo con lo expuesto por los autores antes citados. Para ella, un cuento puede ser breve pero siempre deberá ser extenso en su profundidad. “El significado es lo que impide que un cuento breve sea 'corto'. (...) El significado de un cuento debe estar corporizado en la historia, debe hacerse concreto en ella4”, opina. Además, también hace incapié en el carácter real de lo que aparece como ficcional: “La primera y más obvia característica de la ficción es que trasmite de la realidad lo que puede ser visto, oído, olido, gustado y tocado. (…) En la escritura de ficción, el trabajo no consiste en decir las cosas, sino en mostrarlas. (…) Algo es fantástico porque es tan real, tan real que es fantástico”. De acuerdo a la escritora, lo que se distorciona en la literatura no es la realidad sino la forma de llegar a ella.
No es fácil contradecir a estos autores en lo que mejor saben hacer: ir más allá de lo que tiene de evidente la realidad que refractan en eso que, a menudo, aparece como insólito, como absurdo, como fantástico. Sin embargo, si se analiza detenidamente eso que llamamos “verdad”, se comprende la experiencia humana no carece de lo insólito, lo absurdo y lo fantástico.
1“El sentimiento de lo fantástico”, Julio Cortázar, www.ciudadseva.com
2“El concepto de ficción”, Juan José Saer, www.literatura.org
3Permítame contarle una historia, Gloria Pampillo, Eudeba
4Cómo se escribe un cuento, selección de Leopoldo Brizuela, Librería “El Ateneo” Editorial

Por Lucila Pinto

lunes, 6 de julio de 2009

Gracias Tinelli

Ya es un chiché, un lugar común, decir que la televisión es una empresa y, como tal, se maneja con un solo objetivo: el rédito. Hablar de la responsabilidad moral de los medios de comunicación está más cerca de la utopía que de la realidad. Sin embargo, dejar de hablar de imposibles es la única manera de que estos dejen de serlo. Es necesario comprender, a nivel social, que el hecho de que las cosas sean así, de que los medios sean empresas, no tiene que ver con la evolución natural sino con una construcción histórica. Por lo tanto, no tienen que ser necesariamente así, podrían ser de otra manera.
En este mundo ficticio, donde la construcción histórica fue otra, quienes están adelante, o justamente detrás, de un medio masivo, tendrían en cuenta que la regla de veracidad de la información transmitida va mucho más allá de lo inmediato. El efecto de la “cualquier verdura” de turno es una onda expansiva. Sí, se dijo y ya pasó, pero tiene resonancias que, por más que su contenido se desmienta, quedan insertas en el imaginario de los oyentes, lectores, o televidentes.
Cuando un diario publica, en época electoral, los resultados de una encuesta adulterada, tendenciosa, los datos se ven, de forma obligada, desmentidos por el desenlace real de los comicios. A pesar de esto, el “tipo común” que “tiene un plan” y que hay que querer para quererse a uno mismo ya apareció como un ganador. ¿Quién no quiere sentir que ganó junto a él?
De la misma forma, un hombre al que la plata, y el poder, ya le rebalsaron varias billeteras, que llenó a costas de exponer a nenes de menos de diez años culeando y perreando un reggeatón, de llevar la palabra “danza” (¿por un sueño?) al límite de la vulgaridad y obscenidad, puede hacer aparecer la imagen de un vicepresidente como un inepto que agrega un “no” delante de cada adjetivo y hacer del hecho de que los hombres más cercanos al gobierno anden con matones para todos lados algo simpático. ¿Vivimos en un país donde la presidenta y su vice no se hablan? ¿Donde un hombre que grita estar orgulloso de odiar “a todos los blancos” es el encargado de llenar los actos oficialistas? Riámosnos de todo esto y votemos al simpaticón que no abrió la boca en cuatro años en el Congreso pero nos causa gracia cuando dice “alica, alicate”. Gracias Tinelli.

Por Lucila Pinto

La práctica de un léxico transgresor: un método para evitar la discriminación

De modo frecuente, los medios hacen uso de un lenguaje cargado de palabras que pueden causar un impacto negativo en la sociedad: la discriminación, una práctica habitual que lastima y golpea de cerca a los seres humanos que han adoptado, o le ha tocado, llevar otro modo de vida, ya sea por optar cambiar de sexo, de ideología o por haber nacido con alguna dificultad física o mental. Pero lo más grave es que cuando se maneja tan erróneamente el vocabulario no se tiene en cuenta la consecuencia, y mucho menos la carga que ésta podría implicar.
No obstante, todavía existen y, sobre todo, resisten en una sociedad cargada de prejuicios y falta de valores – que determinan la conducta de las personas- individuos, que por medio de canales de difusión masiva, contribuyen a la integración de aquellos que han sido víctimas del mal uso de la palabra. Y lo más llamativo es que lo hacen con un léxico subido de tono, pero que se aferra al verdadero significado del término y, en consecuencia, su valoración y así se aleja del ejercicio que provoca la exclusión. Porque muchas veces los receptores caen en la trampa de los que por construir una frase bonita y, más aún, correcta por no contar de “malas palabras”, no miden el daño que se les puede provocar: ese receptor también será falto de principios y atacará del mismo modo a sus conciudadanos.
Las palabras no se sortean para instalarlas como sí en el lenguaje de cada uno. Tienen sentido y son tan atractivas que, sin tomar el previo recaudo y analizar lo que realmente quieren decir, pueden ser muy filosas. Las cosas se dicen como son, nadie está sujeto a un modo correcto para transmitirlas, porque de algún modo se tienen que instalar en la sociedad.
El medio en cuestión es un ejemplo que rompe el fastidioso prejuicio que deambula entre la gente: en el aire, que los integrantes de un programa por medio de un vocabulario más práctico y de alto voltaje quieran comunicar algo es extraordinario, ya que hoy la mayoría de los jóvenes se mueven con esas palabras y si no saben apreciarlas pueden cometer una equivocación.
También hay que tener en cuenta el modo en que lo emplean: el humor, la manera más fácil y divertida de llegar a sus oyentes. Ellos si le encontraron la vuelta de tuerca al manejo “zafado” del léxico que siempre fue mirado con malos ojos en la sociedad- y otra vez aparece el juicio previo-, cuando se habla de un “puto”, de una “gata”, de un “hijo de puta” y hasta de un “enfermo mental”. De este modo, buscan incluir a los excluidos por medios de comunicación, que ambiciosos por el rating y la “plata fácil” dan cuenta de “cosas raras” y “prohibidas”, que si fueran tomadas de manera común, porque integran el colectivo humano, y con ética contribuirían a disminuir el grado de mal interpretación de la palabra emitida y la consecuente discriminación.

Por Agustina Heb

"La televisión no tiene ética" - entrevista a Carlos Barragán (guionista y co-conductor de Tarde Negra)

¿Cómo empezaste en el programa?
Yo estoy desde un principio. Antes trabajaba con Lalo Mir y Elizabeth Vernaci en la Rock and Pop. Él se fue de vacaciones y la Negra quedó como conductora suplente durante un mes. Le escribí cosas, le gustaron y cuando empezó Tarde Negra me llamó.
¿Pensás en un público determinado a la hora de escribir los guiones?
Nunca me imagino quién está del otro lado, lo único que tengo en cuenta es si nos va a divertir a nosotros. Calculo hasta donde puede dar cada uno y si el personaje que le estoy dando a la Negra [por Elizabeth Vernaci] la va a divertir, lo mismo para Humberto [Tortonese] y para mí. La medida que yo tengo es que si nos divierte a nosotros divierte a nuestro público.
Entonces, se podría decir que ustedes no están pendientes del público...
Lo que pasa es que no tenemos una respuesta inmediata de toda los que escuchan el programa. La gente que llama, lo hace para decir “qué bueno lo que están haciendo”, y al que no le gusta no llama. No tenemos una medición sobre la efectividad de cada sketch o cada cosa que uno hace. Si nos gusta ya está, la medida somos nosotros.
¿Cómo elegís los temas de los guiones?
Los temas que tocamos son cualquier cosa, en general escapan a la agenda de los medios. Es un programa netamente de entretenimiento pero cuando surge algo muy grande no podés escapar y tenés que hacer una referencia, aunque sea desde otro costado. Por ejemplo, con esto de que los chicos no tienen colegio la Negra me pidió que hagamos consejos de qué hacer con los nenes en casa. Que la negra me diga “hagamos algo con esto que está pasando” es poco común, lo hace cuando sabe que va a rendir y cabe con el humor de acá.
¿Hay mucho de improvisación al aire?
La gente piensa que hay cosas que son totalmente improvisadas y no, los sketchs están guionados de principio a fin. En ellos nos atenemos mucho al guión e improvisamos bastante poco, porque para hacerlo tenemos el resto del programa.
¿Cómo se hace Tarde Negra?
Se hace con lo que está pasando, lo que le pasó a la negra ese día, lo que pasó recién o con algo que está pasando entre nosotros. El programa es ella, es su humor, el humor de ese día, lo que le está pasando, lo que está viviendo, lo que está sufriendo y lo que le hace gracia.
¿Cómo es trabajar con Elizabeth?
La Negra es como una artista, no sólo una conductora. Mete mucho de ella en el programa. Cuando yo construyo un personaje, trato de no dejar mis cosas en el aire. Mi vida no es la de ese que se escucha en la radio. En cambio, creo que la vida de la Negra es bastante más parecida.
¿Como co-conductores tienen toda la libertad que quieren?
Sin dudas, pero no es fácil escapar a lo que la Negra tiñe. Ella es como un continente, nosotros la seguimos.
¿Cuál es tu perspectiva del programa?
Tarde Negra rompió límites por las características de Elizabeth y de Humberto. Si se usan palabras o cuestiones sexuales de altísimo tono siempre tiene que ver con hacer humor. No es sólo la trasgresión o el desenfado. Si hay una guarangada es porque contiene humor, sino no la hay.
¿Qué piensan del alto voltaje que tiene el programa respecto a su horario de emisión?
Es un programa que no es para chicos en un horario en el que ellos podrían estar escuchando la radio. Si yo fuera el responsable algunas cosas no saldrían al aire, pero uno confía en que la gente ya lo conoce y elige si escucharlo o no.
En cuanto a la emisora, ¿se les ha establecido algún tipo de límite respecto al lenguaje?
Esta radio es una maravilla total. Cualquier medio puede dejarte putear al aire, pero, a diferencia de otros, Rock & Pop jamás se metió en la cuestión política. Si yo quiero decir viva Perón, viva el Che o viva Macri, lo digo y acá no hay ningún problema. Eso es fantástico y extraño.
¿Y de parte del organismo oficial, el COMFER, han recibido avisos?
Al principio recibíamos cartas. No se cómo arreglaron, es un tema medio extraño. Las multas son altísimas y si por cada vez que vos te fuiste al carajo te van a cobrar 10 mil pesos, y nosotros nos vamos al carajo veinte veces, es muchísimo, tenés que tener más guita que De Narváez. De todas formas, se ve que les dará más rédito que sigamos puteando y pagar las multas, a lo Tinelli. La tele se maneja de esa manera. La televisión no tiene ética alguna y los que la hacen te lo repiten. Prefieren decir cualquier verdura, de última si no era verdad ya midió el programa y ya lo metieron, ya pasó. Ese ambiente es así de existista.
¿Últimamente les ha llegado algún llamado de atención?
Creo que no (duda). El Comfer está bastante más laxo en sus normas. Además, según mi criterio, es más interesante controlar el tema de la discriminación que el de las puteadas, para eso también está el Comfer.
¿Cómo aborda Tarde Negra esa cuestión, tan delicada para la sociedad?
En ese sentido nuestro programa es antirracista, respetuoso de las diferencias, muy sano a pesar que en el medio se dicen cosas tremendas. Acá cuando decimos “puto” o “poronga” estamos haciendo un laburo en contra de la discriminación. Vos podes ser muy prolijo al hablar de los homosexuales y, al mismo tiempo, estar discriminándolos. Nosotros decimos “los putos de mierda”, pero se hace un laburo casi pedagógico a la sociedad para que no seamos fascistas. Al decir las cosas como son, sin eufemismos, queremos instalar que eso está, que eso existe y que es parte de nosotros.

domingo, 5 de julio de 2009

La "Tarde Negra" de la Rock & Pop

“La búrbuja”, así define Ricardo “Ricky” Achával, asistente de producción y musicalizador de Tarde Negra, a ese horario en el que el público no quiere ni escuchar nombrar las palabras “política” y “gripe A”, ese horario de vuelta a casa, el punto máximo de saturación: de cinco a siete. En este marco se emite el programa y, por tanto, su objetivo es claro: divertir. Sin tabúes, sin restricciones de lenguaje ni ideológicas: entretener. Elizabeth “la Negra” Vernaci, Fernando “Coco” Silly, Humberto Tortonese, Gabriel Rolón y Carlos Barragán, su conductora y co-conductores, respectivamente, atraen a un público desprejuiciado, que se ubica entre los 20 y 40 años, según conjeturas de los propios integrantes. La transgresión y audacia con que tratan temas como el sexo y la religión tiene cabida en la emisora Rock & Pop, que no les impone ningún tipo de limitación.
Desligándose de la agenda mediática, Tarde Negra recorre el camino de las noticias absurdas, intrascendentes pero divertidas, que se entremezclan con las diferentes secciones que interpretan tanto los conductores como Nushi Muntaabski, Carlos Sturze y Luciano Galende, invitados recurrentes.
Todos los integrantes del elenco tienen en común la experiencia de haber trabajado con Lalo Mir, contacto por medio del cual conocieron a Salazar, el productor del programa, que reunió a todo el equipo, encabezado por “la Negra”. El carácter de Vernaci, descripto como “explosivo” por Achával, es el hilo conductor de Tarde Negra. Su estilo transgresor e informal le valió tres premios Martín Fierro a la Mejor Conducción Femenina radial (2003, 2004 y 2006).
La dinámica del programa consiste en la alternancia de los distintos integrantes, que de lunes a viernes, días en que se emite, van intercalando su espacio. De esta manera, se conforman diferentes grupos de trabajo, que, con la química que otorgan, le dan movimiento y rompen la monotomía. De acuerdo a Sturze, esto se da gracias a la acumulación de gente que derivó de la disolución de Radio Portátil, matutino que condujo Vernaci entre 2006 y 2008. “Cuando el programa se terminó, la 'Negra' absorbió a parte del equipo para no dejar a nadie sin laburo”, explicó el humorista.
El manejo liberal del lenguaje y de los temas tratados, que nunca carece de transgresión, significó para Tarde Negra varios llamados de atención por parte del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer). El organismo siempre siguió de cerca el léxico con el que se manejan los conductores, demasiado subido de tono si se tiene en cuenta el horario de transmisión. Sin embargo, las amenazas no alcanzaron para que el programa bajase el tono, propio del estilo instaurado por Vernaci del que el programa nunca supo, ni quiso, desprenderse. La única barrera que Tarde Negra no quebró, es la que contiene al humor.

Por Agustina Heb y Lucila Pinto