jueves, 22 de octubre de 2009

Al límite

Foto de Rafael Calviño

La cosa es así. Me piden un divague académico pero le voy a sacar lo de académico. Porque la semana pasada escribí algo así como “en este punto alcanzan un mismo plano de significación la imagen dentro de la imagen, el museo de arte banalizado, y lo figurativo”, y ni yo, y sobre todo yo, entendía lo que decía mientras lo leía en voz alta y ponía cara de “¿yo escribí esto?” (¿será esa una especie de extrañamiento?). En fin, lo que quería decir es que todo este año me vienen hablando, acá (acá no, esta es mi casa, pero cuando lo lea el acá va a ser un aula), de desestructuración. De pensar lo cotidiano, lo naturalizado, como histórico, contrucción y social. Y que Marcuse, y que el aceptar lo fantástico como parte de lo real, y que los colectivos son elefantes que se persiguen, y hasta escribí que alguien iba a comer a besos a alguien y eso era antropofagia. Chau metáfora aprehendida con hache. Entonces, a lo que iba, es en que ya no creo que lo real sea la foto en sí y lo ficcional lo que representa, lo que refiere, lo que denota. Capaz que verdaderamente hay un hombre durmiendo usando un cartón de frazada y al lado, justo al lado, dos personas que les dan la espalda y miran una pared. Porque está bien que es una publicidad, y está bien que es una publicidad adentro de una foto, ¿pero no está ya la publicidad, la imagen, inserta en nosotros? ¿No estamos ya formateados? ¿Podemos distinguir, vale la pena distinguir, a esta áltura, la mentira de la verdad? La verdad: un mecanismo extraño para mí reprodujo lo que se vio por la lente de una cámara en un pedazo de papel, papel virtual o real. La mentira: un hombre duerme tapado con cartón al lado de dos personas en un museo de arte banalizado que le dan la espalda. Y ya no sé cual es cual. Y hoy elijo plantarme y decir que no creo más en las metáforas. Como si fuera algo en lo que se elije creer o no. Si no era así, hoy lo inauguro yo. Soy más escéptica que nunca. Lo que está ahí reflejado es. ¿Porque acaso no es eso el arte? ¿La capacidad de mostrar una realidad que existe? Porque no importa si esas tres personas de las fotos no estaban efectivamente ahí, no importa nisiquiera si estaban armadas con photoshop, o si eran un dibujo. En algún lado existen, en alguno y muchos lados, en todos. Y yo soy esas personas, a veces las de la publicidad y a veces el hombre que duerme. Porque a veces me dieron la espalda y muchas veces la dí. Y que yo llegue a esa conclusión gracias a mirar algo que no existe (o sí, me contradigo y me vuelvo a contradecir y está bien) se llama arte. Y nuevamente caigo en escribir algo que cuando lea en voz alta ni yo ni nadie va a entender, pero en este momento, lo juro, tiene tanto sentido. Y es tan sentido. Catártico.

3 comentarios:

  1. Excelente texto

    " Y nuevamente caigo en escribir algo que cuando lea en voz alta ni yo ni nadie va a entender, pero en este momento, lo juro, tiene tanto sentido. Y es tan sentido. Catártico. "

    Esa parte me gustó mucho, me parece tan elocuente... no sé como describirlo. Y el "Catártico" que cierra es perfecto.

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  2. Rodrigow, gracias gigantes por todos tus comentarios. Venía muy cruzada y me cambiaste el humor, sin sospecharlo ajja.

    Muy en serio, te agradecemos

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  3. pd: el departamento de marketing del blog quiere saber cómo llegaste a él ajaj

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