miércoles, 7 de octubre de 2009

Festival Internacional de Buenos Aires

Una maratón de obras en medio de una situación crítica para el teatro

Se reavivará la tendencia de la fusión entre música y drama; según algunos de los participantes y especialistas en artes dramáticas, el circuito alternativo atraviesa una de sus mayores crisis, por falta de público sostenido en el tiempo y por carencia de medios de difusión.


Cuatro letras pintorescas, que pertenecen a los afiches esparcidos por las largas avenidas de la Ciudad de Buenos Aires, dan cuenta del festejo que se apoderará de la atención de los amantes del arte escénico contemporáneo del 5 al 17 de octubre. El VII Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) se desarrollará en el marco de una serie de cambios que lo diferenciará de las seis ediciones anteriores. El directorio artístico dejó de estar a cargo de Graciela Casabé para ser representado por Rúben Szuchmacher y Alberto Ligaluppi, quienes establecieron nuevas condiciones en el momento de seleccionar las obras.
Por un lado, espectáculos argentinos que no hayan participado con anterioridad al evento que se realiza cada dos años. La idea central es promover la inclusión de trabajos del interior del país, conformándose así la presencia de dos obras de Córdoba, una de Santa Fe y otra de Tucumán (sobre un total de casi 500 presentadas). De la capital porteña han sido seleccionadas 24.
En cuanto a las innovaciones internacionales, los representantes del FIBA han sido rigurosos con la elección, ya que remarcaron mayor presencia de grupos regionales, como Paraguay – será su primera visita-, al tener en cuenta “la idea de diálogo entre ciudades y la creatividad de obras en contraposición a las grandes producciones marquetineras de compañías del exterior, generalmente provenientes de Europa”, justificó Szuchmacher. De este modo, el número se fijó en 28 realizaciones de afuera.
Según las estimaciones difundidas en el momento de promoción de eventos por el gobierno de la Ciudad y por su ministerio de Cultura, cuyos representantes son Mauricio Macri y Hernán Lombardi, respectivamente, Buenos Aires está ubicada en un rango privilegiado culturalmente, dentro de las capitales de América Latina. Sin embargo, en la práctica las apreciaciones no son las mismas.
Las oportunidades de muchos artistas del circuito no-convencional han adoptado en los últimos años una posición de desamparo en cuanto al acceso de la producción y promoción de obras. ¿Qué tipo de participación se le dá a grupos del interior en el FIBA, cuando sólo fueron seleccionados espectáculos de tres provincias? ¿Hasta dónde llegará la concentración porteña? Tan es el desgaste de este arte, nacido para salir de las líneas generales contemporáneas, que hasta sus cultores se ven arrastrados a buscar “nuevos espectadores” (ver aparte).
Con una expresión de rabia y exaltación, Estela Castronuovo, coordinadora del Teatro argentino, latinoamericano e hispánico (TeALHi)-programa dependiente del Instituto de Artes del Espectáculo de la facultad de Filosofía y Letras- estableció que el problema del desconocimiento de la producción del interior “es un tema que hace rato viene sucediendo”, a tal punto que la licenciada en artes dramáticas remarcó que ésta es una cuestión de “políticas culturales que superan al FIBA”.
Según las concepciones de Castronuovo, “existe una sensación de anquilosamiento estético, que deja de lado a mucha gente talentosa”, y para reparar ese “acartonamiento” se necesita “un soplo de aire fresco”. En la misma sintonía, la secretaria de Cultura de la Asociación Argentina de Actores, Susana di Gerónimo –con basta trayectoria como actriz, docente y directora de teatro- sostuvo que “hay una gran actividad en las provincias que no es difundida y que lucha con muchísimos inconvenientes. Debería garantizarse un apoyo que además les genere una remuneración como trabajadores”.
El tucumano Diego Bernachi, director e integrante de la obra Il Fait Mauvais…Llueve que participará del Festival, dejó sentado el panorama que se vive en su provincia natal:”Nosotros no tenemos la posibilidad no porque no queramos, sino porque no se nos permite”. ¿Desde dónde y quiénes dan las directivas? Sin dudar, Bernachi manifestó que la concentración y el manejo “proviene de Buenos Aires, de gente que centraliza poder en el teatro, puntualmente entre Rosario (Santa Fe), Córdoba y Buenos Aires”. La solución más cercana que encuentra el director es “democratizar las elecciones y bajar la carga de condiciones para subsidios que establece el Instituto Nacional de Teatro (INT)”.
Castronuovo, también docente de la cátedra de artes dramáticas de la Escuela Nacional de Teatro, marcó que con el excesivo esfuerzo de los artistas independiente frente a la carencia de subsidios y ámbitos de difusión, el trabajo se torna “antiprofesional”.
La mirada de Juan Parodi, director de Cariño Yacaré, otra producción que participará del encuentro, puede acercarse a lo que se ve desde Buenos Aires. “Si bien es poco el material proveniente del interior, hay un avance con respecto a los años anteriores del FIBA –muy cuestionados por el accionar de la entonces directora que tenía una empresa de representación de espectáculos en el exterior- donde directamente se lo ignoraba”. Así, Parodi formuló una de sus expectativas del Festival: “Ojalá sea la puerta para que el próximo albergue mucho más teatro del interior”.
Diego Bernachi también mantiene la fe: “El FIBA es una gran vidriera de contactos que se nos puede abrir”.
Sin embargo, para Estela Castronuovo no serán positivos los resultados después del evento internacional. “Es un festival más, una publicidad más de la gestión que se apodera de un discurso para justificar sus negocios. El FIBA terminará y los artistas volverán a su situación de desamparo, porque no hay políticas culturales que duren en el tiempo”.
Público, ¿dónde estás?
Los resultados de las ediciones anteriores del FIBA han demostrado una masiva concurrencia que albergó a más de 300 mil espectadores. Ahora, lo que se pregunta Juan Parodi es “¿dónde está todo ese público el resto del año?”. Frente a este cuestionamiento, el Director de la seleccionada Cariño Yacaré estableció que hay una producción “muy prolífica”, con una “diversidad de estéticas, temáticas y formatos”; pero, como contraposición, “los artistas vemos una corriente de público que no aumenta, no se fortalece”.
A partir de aquí, se puede enmarcar cuáles son las preocupaciones de los creadores de teatro: cómo llevar el público a las salas y de qué modo sostenerlo en el tiempo.
Según Castronuovo, la época “isabelina del teatro” o “el fenómeno del Siglo de Oro español” en Argentina ya fue historia, “porque cada época ha mantenido su expresión artística y hoy la que ocupa ese lugar son los recitales o los medios audiovisuales”.
“Quizá deberíamos aceptar que el público es elitista, ya que forma parte de hábitos sociales y culturales”, manifestó la profesional y añadió que los grandes directores vanguardistas del siglo XX, “como el polaco Jerzy Grotovsky”, ya sabían que el teatro no era una corriente masiva, al argumentar que “los espectáculos se hacían con grupos muy recudidos”.
Además, trató de explicar este fenómeno al poner de ejemplo cómo en la ciudad de Buenos Aires se achican las salas de teatros. “La capacidad cada vez es más limitada”. No obstante, aseguró que “si el público se expandiría, los creadores tendrían más posibilidad de sostener sus obras en cartelera”.
Un menú más variado
Otras ocurrencias de la séptima edición teatral son las actividades organizadas bajo distintas disciplinas del arte, como la música, la literatura y el cine: “Cámara Hamlet”, un ciclo de cine que recorrerá diversas versiones basadas en el personaje de William Shakespeare; “Babel, la biblioteca”, presentará la lectura en idioma original de obras de autores internacionales; habrá una serie de coloquios destinados al debate de temas relacionados directamente con el teatro; y, por último, cada jornada será cerrada por conciertos de la “Pequeña Música Nocturna”, con la actuación de reconocidos músicos del circuito alternativo.
“La revalorización de la música en el teatro”
Dentro de las actividades dramáticas del FIBA se puede observar que, en la mayoría de los casos, la música proyecta elementos del drama.
Según el músico argentino Sami Abadi, que participará en “Pequeña Música Nocturna”, y que compuso producciones para obras teatrales, “la música en vivo, al ser algo performativo, no puede dejar de tener elementos del teatro”.
Por su parte, Ulises Conti, actor y músico que también participará de la sección de cierre de las jornadas, reforzó lo dicho por su colega al establecer que “cuando se crea la fusión lo que sale es un resultado, por la complicidad que hay entre el compositor musical y el director teatral”.
Juan Parodi (Cariño Yacaré) remarcó que actualmente hay una “revalorización de la unión entre música y teatro –establecida desde el Simbolismo, en el siglo XIX- cosa que en algunas etapas ha sido vista con cierta desconfianza”. Estela Castronuovo opinó en la misma línea y agregó que “hoy el actor se anima a fusionar todas artes”.

1 comentario:

  1. Lo vi y me dije "Es un choclazo, no lo leo ni en pedo..." Pero arranqué y segui y avancé y cuando me di cuenta lo terminé. Me gusta como está escrito: correcto, al pie, con vuelo pero sin firuletes tontos. Lindo blog

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